Yo soy como una niña pequeña, sin importar el lugar del mundo donde este, ni con quien este, a mí esta época me encanta. Aunque no entiendo bien el porque, dado que en mi infancia mi familia no celebraba la navidad.
Siempre me gustó ver la alegría e ilusión de algunas personas al llegar Diciembre, y esto se me contagio.
Hoy día 24 he decidido, que si pasaré fin de año en mi país, quería antes de irme pasar por la nieve, y es así como he terminado esperando la Navidad en un viaje express a la zona de la Molina, he conocido un pueblo muy lindo antes de llegar, el pueblo de Dòrria, con la arquitectura típica del pirineo, uno de esos pueblos en los que yo perfectamente me imaginaria viviendo, tirada en la hierva jugando con mi perra.
Este año estoy especialmente ilusionada, el corazón me late a millón de emoción, el año esta por finalizar y ha sido de lo más maravilloso, es por eso que estas navidades todos mis deseos van por otros, porque yo no necesito nada, ya me siento inmensamente afortunada.
Cada Navidad tengo un deseo muy grande en mi corazón, y no es el que hoy a media noche mantendré encendido en mi pecho, es por aquellos que no tienen comida, siempre pido por ellos, deseo que todos tengan pan y vino en su mesa, deseo que a nadie tenga que ir a dormir sin comer, pero no solo hoy.
Desde muy niña el hambre me ha preocupado. Tiene que ver con que me encanta comer, y a lo largo de mi vida he tenido experiencias que me han llevado a respetar los alimentos y amarlos de una forma que muchos no entienden. Así es como mi deseo más ferviente esta noche y cada Navidad y año nuevo es por que nadie vaya a dormir con su panza vacía.
Os deseo siempre lo mejor.
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