Diez días de verano en Portugal y me he sentido como en casa, he estado conociendo muchos lugares como Porto, Aveiro, Coímbra, Lisboa, etc. y realmente no podría decir que me gusto más, pues han sido unas vacaciones fantásticas. Todos queremos descansar, ver cosas nuevas, pero a su vez es lindo que la novedad del lugar, tenga similitudes con tu cultura; yo especialmente extraño mucho mis raíces, la calidez de mi gente, la música y la comida, y estar ahí fue como estar en casa, en una casa renovada.
El colorido de este país me encanto, da alegría a la vista y al alma los lugares que proporcionan esta experiencia visual, tanto en el interior, como en la costa, una constante de Portugal es la utilización de los colores.
Su gente es sencilla y alegre, son capaces de recomendarte y guiarte muy bien aunque no hablen tu idioma; aceptan con mucho cariño a las mascotas cosa importantísima cuando viajas con una.
He disfrutado de todo lo que este nuevo destino me ha ofrecido, aunque estoy segura que volveré a por más, a por más sabor portugués.
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