Estos cerca de 8 años en Catalunya, he tenido el privilegio de conocer infinidad de lugares y disfrutarlos, dentro de los cuales esta la zona de la Costa Brava, esta costa caracterizada por el paisaje rocoso de las montañas, con una vegetación de pinos que llegan muy cerca del mar, muchos acantilados y un mar espectacular, es mi perdición en el verano. Yo soy incapaz de escoger un solo pueblo, Sant Feliu de Guixols, Palamós, Begur, Tossa de Mar, Cadaqués, por nombra algunos son de mis predilectos.
Hoy por ejemplo he estado en Palamós, y he podido ir de ahí hasta la Cueva del Gispert, que es la cueva más larga de la zona, que se encuentra entre las calas de Aiguablava y Tamariu, era más fácil llegar desde Aiguablava que desde Palamós, pero a mi lo que me gusta es la aventura, y como siempre digo que me habría encantado ser pirata, pues navegar desde Palamós hasta la cueva ha sido toda una aventura.
Hoy no ha sido un día con muy buena mar, la previsión del tiempo era peor de la que en verdad hizo, pero igualmente salimos hacia la cueva, esta cueva tiene muchas historias, he oído desde que fue refugio de piratas en la antigüedad, hasta el enamoramiento que Dalí tuvo por ella a tal punto de ofrecer un concierto privado para unos selectos invitados en ella (esto no esta documentado y por lo tanto se desconoce su veracidad), y también que cada año en ella ocurre un fenómeno hacia el mes de agosto, al cual se le llama el despertar del sol, que genera un momento único y especial que algunos van a ver y espero yo poder verlo en algún año.
Estoy feliz, aunque no he sido capaz de entrar la barca hasta la cueva, he conducido todo el camino y según dicen soy un buen patrón 😉
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