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Otro vino por favor

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En mi país no existe una cultura de vino importante, y hay muy poca gente que sepa diferenciar un buen vino.

Como experiencia os cuento que hace unos años con una de mis mejores amigas de la infancia en una comida muy especial, brindaríamos con dos cavas que nos contaban que eran muy buenos acá en Catalunya y con la expectativa de lo delicioso que seria, cuando llego el momento de brindar,  mi amiga voltea y me dice «que malo que esta este vino», y la verdad que yo no tenia ni idea, si era bueno o malo, pero tampoco podría decir que me encanto.

Quizás la época de juventud en la que más se bebe en mi país, es en la universidad, y supongo que en muchos lugares del mundo es ahí donde se empieza a beber; hace poco leí un estudio en el que se concluía que en promedio en España los estudiantes universitarios gastaban más en alcohol que en comida; cosa que conmigo no paso, ya que durante 5 años de universidad no  he bebido ni una sola cerveza; ¡¡¡Si, ni una sola!!!!

Y supongo que por esta justa razón yo he sido increíblemente mala para beber cualquier tipo de bebida alcohólica, porque como no fueran batidos de frutas, malteadas de chocolate o limonada, yo no tomaba nada más.

Siempre tuve curiosidad del porqué a la gente le gustan las bebidas alcohólicas; y con el paso del tiempo comencé a desear que me gustaran, porque en toda reunión o acto social, están ellas presentes y ya sabéis que yo soy muy sociable.

Al día de hoy se más de ellas, en especial del vino, ya que me he puesto a la tarea, desde hace unos 6 años de probar, y aprender un poco más de este mundo, que es todo un arte y que admiro por todo el trabajo que hay detrás de una buena botella de vino, por la historia que encierra y porqué hace unos años he tenido la oportunidad de entrar por primera vez a un cementerio de botellas, de una bodega centenaria en la Rioja y la historia detrás del primer lote de botellas almacenado en este lugar, es algo que despertó en mi, más ganas de que el vino me gustará.

El año pasado he viajado a mi país y en una cena con esta misma amiga se hizo un brindis y la ovación en toda la mesa fue: «que bueno estaba el champagne»; y esta vez si que puedo decir con toda seguridad que no me gusto nada, era un jarabe dulce que me hizo pensar que solo bebería agua, y así fue. Al día de hoy no me cuesta nada distinguir donde hay un buen vino, y más aún, no me cuesta nada disfrutarlo.

Y como hoy he tenido una experiencia maravillosa, aprendiendo un poco más de vinos y en especial de cavas, he querido compartir con vosotros un poco de mi experiencia en la bodega de Juvé & Camps, es una bodega histórica de Catalunya, con denominación de origen del Penedès. 

De sus cavas a titulo personal yo os recomiendo el Milesimé, pues es mi preferido, es un reserva Bruc, de 24 meses en promedio de crianza, 100% Chardonnay, es un cava elegante, con notas frutales, que tiene buen cuerpo y persistencia en boca, que a mi después de un buen par de copas me hace sentir pletórica y más aun si es en buena compañía.

 

 

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